Un político estadounidense se hace pasar por mendigo para saber cómo viven los ‘sin techo’ y poder ayudarles mejor

El pasado martes, el político estadounidense Richard Codey no se levantó en su lujosa casa de Nueva Jersey, sino hacinado en una habitación minúscula compartida con 20 ‘sin techo’. La noche anterior, Codey había cambiado su traje de senador estatal por las ropas ajadas de un mendigo para evaluar la calidad del sistema de atención a las personas sin hogar del estado.

Una hora de maquillaje y vestuario le convirtieron en Jimmy Petters, un mendigo de 65 años con problemas de salud que acababa de salir de una institución mental y vagaba por las calles de Newark, la ciudad más grande de Nueva Jersey.

La de hace tres días fue la última de las 20 misiones encubiertas que el político local ha realizado desde el pasado mes de noviembre para evaluar la atención a los más necesitados, y su diagnóstico es claro: “el sistema no funciona”, ha asegurado en una entrevista concedida a la cadena de televisión estadounidense MSNBC.

“Encontrar un lugar donde pasar la noche es casi imposible cuando eres un sin techo”, explica Codey. “La mayoría de los refugios exigen que los solicitantes estén inscritos en algún programa de asistencia del Gobierno o que al menos presenten un documento de identidad”, explica el senador, para quien “cuando eres un sin techo, cumplir con estos requisitos es esencialmente imposible”.

De hecho, sólo uno de los centros que visitó, la Goodwill Rescue Mission, le permitió pasar allí la noche. Y no fue una experiencia agradable. Codey pasó la madrugada amontonado junto a dos decenas de ‘sin techo’ en un dormitorio con capacidad real para 10 personas. “Fue muy duro. Tuve que dormir toda la noche de medio lado y, a eso de las 3 de la madrugada, la cadera me empezó a doler”, recuerda.

Tras culminar con éxito su misión de cuatro meses, el resultado es descorazonador. “La realidad es que si eres hombre, con problemas mentales y no estás inscrito en ningún sitio, te rechazan una y otra vez”, se lamenta Codey, quien asegura que recibió la misma respuesta en decenas de ocasiones: “no tenemos camas para locos”.
La Información 09/03/2012

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